Hoy, son numerosos los servicios que pueden prestarse de
manera independiente, a través de una computadora. Algunas pautas para abordar
el cambio y ganar autonomía.
Hay quienes piensan que siendo un trabajador en relación de
dependencia, el tiempo de trabajo no vale tanto como el de un trabajador
independiente.
A fin de mes, el salario será el mismo, y se esfuerce lo que se esfuerce, el empleado deberá permanecer en la oficina al menos nueve horas al día, preso entre cuatro paredes o, peor aún, en un “cubículo de 2x2”, al que luego de años de trabajo accedió “buen rendimiento”.
Trabajará incansablemente por un salario que no siempre alcanzará sus expectativas y que, al fin de cuentas, agregará valor para un tercero y no para sí mismo.
En cambio, a ojos de un empleado, el trabajador freelance no sufre estos reveses.
Cuentan con tiempo para hacer las tareas del hogar, dedicarse a la familia y a los amigos, no tienen un jefe directo a quien reportarle, que lo presione constantemente y dependa del humor de ese día, horarios de llegada y tiempos de recreo, tienen la disciplina necesaria para dedicarse a su trabajo y cumplir con los objetivos; y como si todo esto fuera poco, sus ingresos no los comparten con nadie. ¿No será demasiado?
Muchos de los que piensan así, sin embargo, prefieren manejarse en terreno conocido, y permanecer trabajando de la manera “tradicional”, sin arriesgarse a tener un avance personal y social.
Les gusta ser sólo espectadores, quedarse en su “zona de seguridad”, por más que esa zona sea el cubículo de 2x2. Pero también hay muchos otros, y cada vez más, que eligen lanzarse a este nuevo mundo de trabajo online, por Internet, y se zambullen, o bien ciegamente y de lleno, o en forma paulatina, como transición entre su empleo actual y la independencia laboral.
Estos últimos, que en forma metódica y sin pausa deciden conservar sus empleos, asegurándose un salario fijo a fin de mes, y a su vez incrementar ese ingreso utilizando las posibilidades que ofrece Internet, son en general los más exitosos. Empiezan de a poco, y una vez que se encuentran confiados, y ya generan ingresos mínimos, dejan su anterior empleo y se embarcan a la independencia total.
A fin de mes, el salario será el mismo, y se esfuerce lo que se esfuerce, el empleado deberá permanecer en la oficina al menos nueve horas al día, preso entre cuatro paredes o, peor aún, en un “cubículo de 2x2”, al que luego de años de trabajo accedió “buen rendimiento”.
Trabajará incansablemente por un salario que no siempre alcanzará sus expectativas y que, al fin de cuentas, agregará valor para un tercero y no para sí mismo.
En cambio, a ojos de un empleado, el trabajador freelance no sufre estos reveses.
Cuentan con tiempo para hacer las tareas del hogar, dedicarse a la familia y a los amigos, no tienen un jefe directo a quien reportarle, que lo presione constantemente y dependa del humor de ese día, horarios de llegada y tiempos de recreo, tienen la disciplina necesaria para dedicarse a su trabajo y cumplir con los objetivos; y como si todo esto fuera poco, sus ingresos no los comparten con nadie. ¿No será demasiado?
Muchos de los que piensan así, sin embargo, prefieren manejarse en terreno conocido, y permanecer trabajando de la manera “tradicional”, sin arriesgarse a tener un avance personal y social.
Les gusta ser sólo espectadores, quedarse en su “zona de seguridad”, por más que esa zona sea el cubículo de 2x2. Pero también hay muchos otros, y cada vez más, que eligen lanzarse a este nuevo mundo de trabajo online, por Internet, y se zambullen, o bien ciegamente y de lleno, o en forma paulatina, como transición entre su empleo actual y la independencia laboral.
Estos últimos, que en forma metódica y sin pausa deciden conservar sus empleos, asegurándose un salario fijo a fin de mes, y a su vez incrementar ese ingreso utilizando las posibilidades que ofrece Internet, son en general los más exitosos. Empiezan de a poco, y una vez que se encuentran confiados, y ya generan ingresos mínimos, dejan su anterior empleo y se embarcan a la independencia total.
Internet sepresenta hoy como una posibilidad de agrandar el mercado, ya que un freelancerde un país de América Latina puede ser contratado para trabajar en suactividad, por ejemplo para una empresa en Estados Unidos o de Europa quecontrate sus servicios para un proyecto determinado. Es decir, no bajouna relación de empleo, sino como prestación de un servicio
Existen infinitas formas de ganar dinero por Internet sin correr riesgos, por ejemplo:
- Por hacer click: pagan por hacer clicks en enlaces de publicidad.
- Por leer e-mails: pagan por abrir el email que recibes y pulsar en el enlace o imagen que contiene.
- Por navegar.
- Por jugar.
- Por opinar: pagan por rellenar encuestas y dar opinión sobre productos o temas de cualquier tipo.
- Por apostar.
-Por trabajar de forma independiente y dentro del área de conocimiento para personas en cualquier lugar del mundo que requieran nuestros servicios, utilizando una plataforma de Internet, como Freelancer.com, por ejemplo.
En un estudio que la revista Scientific American realizó sobre la empresa IDC (http://www.idc.com), se afirma que para 2015. el 37,2% de los empleados en todo el mundo se sumarían a la tendencia del trabajo desde casa, mientras que hoy son el 20%.
Dado el avance de las tecnologías actuales, resulta muy fácil la comunicación entre los empleados que trabajan desde sus casas y aquellos que están en las oficinas centrales.
De esta manera, la tendencia indica que el teletrabajador se termina convirtiendo en algo parecido a un freelancer en cuanto que pasa a administrar su propio tiempo y a trabajar más por objetivos que
por horarios, pone en juego su disciplina a la hora de organizars su rutina y tiene la posibilidad no sólo de disfrutar más de su tiempo personal con amistades y familia, sino también de tener un trabajo paralelo a través de las posibilidades que brinda la oferta de trabajo en la nube.
Los “freelancers” de Internet, es decir, estos trabajadores independientes que a través de una computadora pueden trabajar en cualquier momento, desde cualquier lugar y para clientes de todo el mundo, deben tener en cuenta algunas cuestiones para minimizar riesgos y posibilidades de fracaso:
- Tener experiencia en el área a desarrollar.
- Capacitarse constantemente tomando cursos dentro de dicha área.
- Segmentar el mercado para saber el nicho en el que se trabajará, y no tratar de abarcar todos los rubros, sino en el que mejor se desempeñe. Es decir, elegir un área de competencia, un nicho que sea único y agregarle valor.
- Enfocar el producto o servicio a las necesidades del cliente.
- Tener en cuenta a la competencia.
- Poner sus propias normas personales de trabajo y cumplirlas sin excepción.
- Ser metódicos y tomarse el trabajo, por más que sea desde la casa o un bar, en forma 100% responsable.
Existen infinitas formas de ganar dinero por Internet sin correr riesgos, por ejemplo:
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- Por apostar.
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En un estudio que la revista Scientific American realizó sobre la empresa IDC (http://www.idc.com), se afirma que para 2015. el 37,2% de los empleados en todo el mundo se sumarían a la tendencia del trabajo desde casa, mientras que hoy son el 20%.
Dado el avance de las tecnologías actuales, resulta muy fácil la comunicación entre los empleados que trabajan desde sus casas y aquellos que están en las oficinas centrales.
De esta manera, la tendencia indica que el teletrabajador se termina convirtiendo en algo parecido a un freelancer en cuanto que pasa a administrar su propio tiempo y a trabajar más por objetivos que
por horarios, pone en juego su disciplina a la hora de organizars su rutina y tiene la posibilidad no sólo de disfrutar más de su tiempo personal con amistades y familia, sino también de tener un trabajo paralelo a través de las posibilidades que brinda la oferta de trabajo en la nube.
Los “freelancers” de Internet, es decir, estos trabajadores independientes que a través de una computadora pueden trabajar en cualquier momento, desde cualquier lugar y para clientes de todo el mundo, deben tener en cuenta algunas cuestiones para minimizar riesgos y posibilidades de fracaso:
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- Capacitarse constantemente tomando cursos dentro de dicha área.
- Segmentar el mercado para saber el nicho en el que se trabajará, y no tratar de abarcar todos los rubros, sino en el que mejor se desempeñe. Es decir, elegir un área de competencia, un nicho que sea único y agregarle valor.
- Enfocar el producto o servicio a las necesidades del cliente.
- Tener en cuenta a la competencia.
- Poner sus propias normas personales de trabajo y cumplirlas sin excepción.
- Ser metódicos y tomarse el trabajo, por más que sea desde la casa o un bar, en forma 100% responsable.
Sebastián Siseles
Fuente: Diario Clarín